jueves, 21 de abril de 2016

Locura y cordura. La gran mentira.

No sé qué tamaño tengo en la vida, no sé a qué altura del cielo me encuentro; no sé dónde me llegan las estrellas ni si esto es de verdad el universo. 
Ideas nacen y mueren en mi cabeza, como la luz al prender y apagarse. Estos días me los he pasado intentando resolver algo que no tendrá solución jamás, por nadie. 
Tengo una teoría sobre la locura: quizás esa es la realidad. Sí, ese estado de ansiedad en que no puedes controlarte ni a ti mismo ni a tu cuerpo, quizás esa es la verdad. ¿Hacía allá iremos cuando todo la obra acabe? ¿A esa condición? 
Sé que no me entiendes, pero esos rasgos no son humanos. ¿Hacia dónde va el cerebro de un esquizofrénico? ¿Quien pone y dispone esas escenas en su cabeza? ¿Por qué se mueven incontrolablemente? Ellos saben más que nosotros. Se les considera como "discapacitados mentales" pero los que tienen deficiencia de "realidad" somos todos nosotros. Los sanos, los que van a la escuela, los que están tan interesados en la bolsa de cambio y en conseguir un doctorado. Todos los "cuerdos". 
Pero soy tan caprichosa que me aferro a un poste en un día de viento. Ese poste podría llamarse "estás equivocada, deja de pensar más".

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