jueves, 5 de octubre de 2017

Vacía pero viva.

Escribo para sentirme, últimamente no sé quien anda creando mi sombra; tan débil como simple humo.
Me pierdo tan fácil y me ensimismo en las nubes.
Absorta en las energías que flotan en el espacio. Ciega ante la condición de la existencia, sorda para lo que entra al corazón. Insensible, me siento.
Órbitas cruzan, auras chocan, universos se desploman y sigo viendo el cielo con quietud.
El tiempo no se ha olvidado de mí, suele detenerse a verme desde lejos.
He decidido soltar mis inquietudes y continuar mi camino sin llevar de la mano al miedo.
Mis colores brillan dentro, todo fluye y se diluye.
Acepto mi forma, mis personas, mi extraño mundo; la soledad abarca todo lo que se me antoja vacío.
He aprendido a volar y hoy lo recuerdo. Sé volar.

Mis alas necesitan resurgir.