viernes, 25 de agosto de 2017

Escribir por las noches me devuelve.

Persigo la vida y a veces sale de mi vista, me quedó atrás y sigo sin entender la dinámica. Quisiera correr junto a ella pero no tengo ritmo, no conozco de prisas, de retrasos. Suele devorarme por las noches e invade mi mente, me hace pensar y no poder dormir, me vuelvo cada vez más fría y le gusto a la soledad, no sé qué me pasa y cuando quiero soñar ya es de día y así paso mis tiempos, entre desvelos y malos pensamientos, llenando de veneno mi cuerpo.
Nada me permite cambiar, de pequeña le tenía temor a la oscuridad y hoy duermo con ella, pienso en ella, reposo sobre ella.
Cada despertar es igual, la monotonía me forma, gusta definirme y hacerme a su antojo, no me suelta y asfixia mis anhelos, mis deseos... Y todo se repite al día siguente.
Desespero por tanta impaciencia, pero el tiempo me parece tan rápido y yo me aferro a algo que no soy, a un espejismo víctima de la sociedad, a lo que quiero ser y me molesta no poder serlo ya.
Cada vez más frágil, tan sensible y otras más tan insensible, quiero entenderme pero espero más que tú me entiendas, me salves, me leas.