Quiero repetir ese momento, esos besos, esas miradas.
Quiero que estés conmigo ahora, besar tu sonrisa, morder tus labios, y ver esos lindos ojos de los que estoy tan enamorada. ¿Es mucho pedir un abrazo? Extraño tus suaves brazos. ¿Y qué hay de tus manos? Puedes tomarme de la cintura, pero no me dejes caer. Quiero que seas mi sostén. Si tan sólo pudiera pausar el tiempo para volver a sentirme tuya.
Quiero decirle a la niña que era antes, que lo logré. Que aquí estás y que por fin te encontré.
Vayamos, vayamos a ser felices. A comernos el mundos con nuestras sonrisas. A olvidar problemas y crear diferencias. A besarnos como ya no hubiera un mañana. Quiero que te quedes conmigo, que no haya otra opción más que yo.
Y cada lágrima parece hablar. Me cuentan las tristes noches que pasé; abrazando una almohada, esperando tu mensaje jamás recibido. Diciéndole a mi mamá que si eso, eso era el amor. Con un coraje interior hacia mis piernas gordas, a mis aún no desarrolladas caderas, a mis granos faciales. Un coraje hacia mí misma por ser el causante de mi desilusión amorosa. Así pasaba mis noches... mejillas rojas, lágrimas derramadas en la almohada. Y me gustas, me gustas...
Tengo todo guardado muy dentro. Recuerdo el sabor de ese primer beso. Tus labios llegaron rápido, queriendo buscar el sabor de mis adentros. Y ahí estaba yo, sin saber qué parte de la boca mover. Jajaja. Y la música... esa canción que nunca olvidaré. No había luz, todo eran tus labios. Sólo eso importaba; atinarle a esos dulces labios. Y llegó. A la música parecía no importarle, pues seguía sonando. El momento más importante y feliz de mi vida; y la música seguía sonando. Me gustas, me gustas... ternura en el alma y no una talla de cintura...
Y no paramos. Tus labios mordían suavemente los míos, chocando sin querer nuestras lenguas...
¿Sabes a qué me supo ese primer beso? A un pedazo del cielo. El sabor más rico de mi vida, hasta ahora.
Cada beso tenía su tiempo. Cada tiempo tenía caricias, Cada caricia, sus besos. Cada beso se acompañaba de tus manos recorriendo mi cuerpo. Cada recorrida de cuerpo; contenía una sensación de estar en el cielo mía. Y la música cantaba... Y tus besos me comían. Y sonreía, sonreía porque por fin había llegado el momento esperado para mí y para la niña que era antes.
Parecía que me querías...
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