Las heridas no cicatrizan.
¿Cuándo haz visto a una cicatriz olvidar su pasado? Parece que los días no avanzan. Los paso esperando el sanado. Todos ellos son inviernos sin tí a mi lado. Recuerdo cada nota, cada lágrima hablándome al oído. Intentaban acallar las voces de mi interior. No pasa nada, todo está bien. Estamos hechos de cicatrices; heridas que no sanan. Sonrisas olvidadas...
Inquebrantable, decían. Es imposible aparentar felicidad siendo tan cobarde como para esconder heridas dentro. Me parece una idea perfectamente estúpida intentar sanar las heridas ardiendo, con un poco de veneno.
No; no estoy rota. Estoy herida. Una herida te marca siempre. Vallas donde vallas, la herida te acompaña; es una sombra que sientes cada momento; arde muy dentro. Estar rota, es poder cicatrizar. Poder restablecer los vidrios rotos.
Yo, estoy herida.
Las heridas me guían, los recuerdos me acompañan, los vidrios me iluminan. La oscuridad mueve mis pies, y dan color a mis mejillas. Mis ojos gritan, buscan entre mentiras. Mi boca tiene sed, sed de tus mordidas. ¿Y qué dicen mis lágrimas? Te quieren aquí enseguida.
Es caer tan bajo, que no encuentras la salida.
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