Te soñé.
Volví a ver tus ojos pardos, a sentir tu presencia y olvidar tu ausencia, que me ha perseguido desde entonces. Estabas tan real. Me envolviste en tus brazos, levantándome varias veces, sin esconder la alegría que sentiste al verme. No hay lugar en el mundo que pueda gustarme más. Te recuerdo bajo las artificiales luces de aquél extraño plano, te recuerdo mirándome y susurrando a mi oído como solías hacerlo, te recuerdo conmigo y prefiero no haber despertado para seguir teniéndote aquí.
Aún guardo tu olor, tu calor, tu manera de sonreír. De sonreírme.
Y ahora, no quiero quedarme aquí, extrañándote.
Volvamos a pensarte.
Estabas tan real...