En el cósmico universo en donde mi alma desenvuelve sus pétalos, he de vivir la existencia que me lleva a amarte, a escribirte, a darte espacio en mi mente y más aún en mi embriagador corazón; débil como la luz de un atardecer de marzo en que los días corren rápido...
Y así, dar lugar al maravilloso sentimiento de sentir la viva corriente del amor, en cada vena que mi cuerpo necesita para seguir aquí presente.
Sentada en unas sólidas ramas; esas que no solo conforman un árbol, sino todo un paraíso; sonrío con cierto placer nostálgico al recordar aquellas tardes en que juntos invadíamos todo espacio lleno de negros espesores, para iluminarlo todo con nuestro simple brillo, con destello de blancos; haciendo un notable contraste con el tono del fondo, con la monotonía remota que me llevó a respirar, a sentirme tuya, y a querer vivir.
miércoles, 7 de septiembre de 2016
Suaves contrastes de blancos y negros.
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