Pleno día. Plena juventud. En la cocina de mi casa; tarde donde el sol salió con fuerza y las nubes corrían rápido. Feliz, celular en mano y una ligera hambre. Pero todo tiene un pero, ¿no es así? Bien. Pero entonces... entonces sentí ese pequeño instante de desconocimiento. Todo lo que sabía de memoria y que tan bien reconocería en cualquier lugar, se volvió totalmente AJENO. Atónita y sorprendida, miré hacia el suelo, el techo y todo lo que a mi alrededor estaba. Pude sentir lo extraño que todo me parecía. De un instante a otro me pareció que lo que tan bien conocía, dejó de ser algo conocido. Experimenté esa sensación de incomodidad y añoramiento. (Lo recuerdo tan bien...) Pero, ¿añorando qué, exactamente? Saqué una rápida y quizás precipitada conclusión, pero totalmente real, incluso ahora, hoy: No pertenezco a este lugar. Ni al mundo, incluso planeta. No pertenezco a nada y a todo a la vez.
Me sientí tan pequeña, insignificante, inútil... Preguntas existenciales. ¿Qué hago aquí? ¿Por qué tengo ojos, nariz, boca? ¿Qué es "el mundo"? ¿Por qué mayonesa? ¿Qué es vivir? ¿QUÉ SOY?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario