jueves, 31 de marzo de 2016

Como pájaros en la jaula.

Existe sólo lo que no vemos con los ojos, y todo lo demás es una ilusión.
Existe aquello que es esencia, y no precisamente ocupa un lugar en el espacio, ni en la visión. 
Conocemos tan poco... Y eso me aterra.
Quizás me fascina a la vez.

Al nacer padecí una lucha interna continua. Querían que creyera todo lo que me enseñaban... Querían que lo aprendiera. Era tan inocente que no pude hacer más por salvarme. Y lo hice, creí. No me hace sentir mejor saber esto porque tardé demasiado tiempo en percatarme. Caí envuelta en la red y comí las mentiras tan deliciosas que me prepararon; tal como el pan por la noche que tanto me gusta. Caí en redes y trampas y ahora no puedo parar mis pies sobre el suelo... porque aquí estoy, siguiendo todas esas reglas, conductas tales de una "niña". Rosa, muñecas, casa, madres, hijos. Está mal, vaya que estamos en un mundo tan distorsionado. Dios te dio ojos pero los mantuvo cerrados. Toda la vida. 
Quizás (mi mayor anhelo) al morir logre abrir los "ojos" y conocer la realidad. Es una de las razones por las que morir no me aterra. 

Independientemente de tu grado de visión, todo esto es un gran teatro. No existe. Nunca tendrás la certeza de lo que es real porque no conoces más que lo visto. Envidio a los ciegos (no tienen que pasar por la irrealidad para llegar a la contrapuesta), pero prefiero disfrutar de todo lo que soy capaz de ver. 
Sin embargo, cuando cierro los ojos me siento tan vulnerable... Puedo estar rodeada de seres, muertos, almas, ángeles, demonios o simple vacío.
Quizás no soy más que una ilusión, puede que ni tenga un lugar en el universo. Quizás sólo estoy imaginando, puede ser un sueño.

El vacío está tan poblado que me asfixia. Ahora entiendo por qué cuando apagaba la luz no sentía diferencia alguna comparando cuando estaba prendida: era ilusión, porque toda mi vida he estado a oscuras. A negro y otra vez esa palabra, negro. Cinco letras que suelen alterarme y hacerme sentir insignificante. Tan sola. 

sábado, 19 de marzo de 2016

Recordar es una palabra con veneno.

Tomé mi alma y fuí en busca de tí, de tu esencia tan simple y a mi parecer perfecta, y quizás también necesitaba una dosis más fuerte, tal como tu olor. Supe exactamente donde estabas: impregnado bajo las rocas en donde una vez estuvimos juntos.

Tarde cálida-soleada que podría compararse al calor de nuestros cuerpos. 

Caminando pensaba el por qué te alejaste, el por qué abandonaste mi esencia si nos complementábamos como el negro al blanco. 

Quizás tu no veías las estrellas en mis ojos, ni entendías la dinámica de mi mente, puede que también veías el cielo azul, como todos. Quizás sólo yo estaba ansiosa por verte, mientras tu ansiabas las ganas de irte. Quizás era yo. Quizás.

Llegué a las rocas y recordé tu voz, y al pasar levemente mis manos sobre tus letras te encontré; volví a sentir tus manos en mi piel y tus labios sobre los míos. Sentía la fricción y el calor del día en nosotros. Fugaz como la luz, desapareciste en un instante que preferí no contar. Me percaté de que te habías ido, y que por más vueltas que diera a ese lugar, te habrías ido igual... 

Recordar te lleva a la obsesión y prefiero quedarme aquí. Recordar abre heridas, llagas y fuego... Recordar puede hacerte adicto, cada vez necesitarás más y más... Y sin tenerte aquí, no se que sigue, porque ya no te encuentro. Cada día las rocas se desgastan pero tu recuerdo está intacto en mi mente. La luna vuelve a pintarte y yo sólo soy capaz de extrañarte, y será un viaje eterno seguir buscándote, lo sé, pero siempre termino haciendo lo que me hace feliz.

jueves, 17 de marzo de 2016

Obra de arte grisácea.

Me gusta la lluvia porque siento que me libera, que de alguna extraña manera es capaz de lavar mi alma y dejarme fresca, limpia.
Me gusta la forma en que las gotas caen porque veo que todo es tan simple... 
Gotas y gotas caen sobre mi cara liberándome, sacando mis mil demonios que  un sol brillante no puede sanar. 
Y al momento de llover puedes llorar, y ¿sabes? Es mejor así. En silencio. Me gusta sufrir con intimidad y sentirme deshecha s o l a . Reprocharme y dolerme sin la luz exagerada del sol. Derramar lágrimas sobre la lluvia porque lo oculta todo y las huellas de tristeza allí, simplemente desaparecen. Se pierde la evidencia de las penas propias. Me hace regresar a la inocencia y sonreír como niña consentida. 
Me gustan los tristes días en que el cielo está gris; me gusta tomar el sol bajo la grisácea luz para ver si puedo volverme más fría, más fuerte. Me gusta cobijar mi alma bajo las lloviznas y caminar bajo el cielo oscuro. No hay nada que me haga sentir tan viva, tan humana, y a la vez tan vulnerable. 
T a n   s o l a .

sábado, 12 de marzo de 2016

Simple color negro.

(Me preocupaba la forma en que lo sentía. Podía percibir su fuerza, y eso me asustaba. Me tenía vuelta loca ese sonido perturbante en el silencio. Y estaba segura que iría a por mi, vaya que sí.)


Hay tantas formas de la oscuridad que desconocemos, que la idea de estar solos me parece absurda. Hay tantas figuras, tantos miedos, tantas sombras...


(Venía hacia mí. Cada segundo lo veía venir... Y sin embargo, no podía moverme. La presión sobre mí era tanta que no sentía estar realmente dentro de mi cuerpo. No era capaz de pronunciar palabra alguna porque alguien había robado mi voz, había quebrantado mi espíritu, y la torpeza con la que respiraba me hacía pensar que era mejor dejar de hacerlo.) 


Es fácil imaginar que la soledad es solamente eso, ausencia de personas. Lo definimos así porque es lo que anhelamos, lo que queremos pensar. Pronto pude comprobar que el infierno pertenece a la vida, tanto como el azul al cielo.


(La respiración era acelerada, mi pulso tomó un ritmo que asustaba, no sabía si la sangre seguía bombeando al corazón o si ya había parado... Quise recordar algo feliz para calmarme pero la verdad es que no tengo nada feliz en que pensar.... El sonido se acercaba y más que sonido, se acercaba él, el espíritu, el alma condenada.)


No sé si contarle todo lo que sé, porque estoy segura de que ya no querría dormir solo, ni verse al espejo; estar solo en casa y apagar la luz... Prometo que ya no volvería a ver la vida como antes la veía. ¿Le gustaría eso? Piénselo un momento. ¿Quiere saber la realidad detrás del color negro?


(Llegó y la sensación fue ajena. Conmocionada, quise moverme...y gritar... Y Dios, mi cuerpo no reaccionaba....) 


(Ya no era yo, porque su sombra había regresado por mí y todo había comenzado y terminado a la vez, y quería llorar y gritar y correr y volver a gritar pero él no me lo permitía, y sólo quería decirles que
que solos
no
no estamos.)


...

lunes, 7 de marzo de 2016

No puedo acabar.

Entiendo la diferencia entre tus manos y las mías: poder. 
Entre tus labios y los míos: control.
Tus ojos son intensidad y la intensidad parte de tus ojos.
Entiendo cada parte que nos unía y a la vez nos deshacía. 
Tengo más de diecisiete escritos en los que hablo de ti y aún no termino de entender tu mecánica, tu control y el color extraño en tus ojos. 
Me estoy convirtiendo en recuerdos y estoy algo preocupada por ello porque no sé que sería de mi si no hubieras entrado. Cuando muera seré cenizas sin tener que incinerar mi cuerpo. 


viernes, 4 de marzo de 2016

Cólera.

Me pregunto que tan larga será mi estancia aquí. Cuantas veces más podré hablar con mi madre, cuantas más podré escuchar el sonido de la lluvia al caer (y olerla, que su olor me encanta), cuantas limitadas veces podré decir te quiero y que imagen dejare una vez que todo acabe. 
Porque la idea de la muerte me incita a pecar y a ser buena a la vez. El reloj avanza y necesito encontrarte ya, ¿y si me voy mañana? Mi vida habría sido en vano.
Me aterra la idea de morir porque hay tantas cosas por hacer y tan poco tiempo. Tantas personas a las que encontrar y sin saber el camino que debo tomar...
Sé que las personas que una vez estuvieron cerca de mí, encontrarán otros brazos en los que recargarse más cómodamente que en los míos cuando la sangre corría en mis venas. Esa persona que llevaré guardada en las llagas de mi alma eternamente, y que nunca saldrá de ahí; a una semana de mi partida ya habrá encontrado unos labios con sabor de viernes a medianoche. Tengo certeza de mi reemplazo y prefiero seguir respirando sabiendo esto, a alejarme de todo y ser tan cobarde como para evitarlo. Hay vacíos que se sienten, y presencias que se olvidan.
Cuando mi voz se apague dejaré de ser tan afortunada como lo soy ahora. Derrepente todo lo que un día era especial e importante se irá al vacío y se quedará ahí POR EL RESTO DE LA EXISTENCIA. Y todo empezara a cobrar sentido... Tenemos un reloj impuesto que algún día dejara de marcar. Y con ello, todas las oportunidades, los besos, cantos, risas, sueños... TODO ACABARÁ. Es una idea que no entra en mi cabeza porque en este momento lo tengo TODO. Y no se a donde valla, simplemente tomare una maleta vacía y me iré a seguir viajando. 
A todo esto, quiero plasmar este pensamiento porque he estado viviendo de el:
Asegúrate de que podrás morir satisfecha al segundo siguiente.