Me gusta la lluvia porque siento que me libera, que de alguna extraña manera es capaz de lavar mi alma y dejarme fresca, limpia.
Me gusta la forma en que las gotas caen porque veo que todo es tan simple...
Gotas y gotas caen sobre mi cara liberándome, sacando mis mil demonios que un sol brillante no puede sanar.
Y al momento de llover puedes llorar, y ¿sabes? Es mejor así. En silencio. Me gusta sufrir con intimidad y sentirme deshecha s o l a . Reprocharme y dolerme sin la luz exagerada del sol. Derramar lágrimas sobre la lluvia porque lo oculta todo y las huellas de tristeza allí, simplemente desaparecen. Se pierde la evidencia de las penas propias. Me hace regresar a la inocencia y sonreír como niña consentida.
Me gustan los tristes días en que el cielo está gris; me gusta tomar el sol bajo la grisácea luz para ver si puedo volverme más fría, más fuerte. Me gusta cobijar mi alma bajo las lloviznas y caminar bajo el cielo oscuro. No hay nada que me haga sentir tan viva, tan humana, y a la vez tan vulnerable.
T a n s o l a .
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