jueves, 13 de julio de 2017

Un ser.

Fue un encuentro efímero que recuerdo con inmensa claridad. Estábamos tan solos y me acogiste como alma solemne, gritando a la vida y al universo que éramos posibles. Un ser luminoso en su propia oscuridad que me toma y me suelta con gran facilidad, que suele sostenerme y recostarme en sus hombros. Quizás demos vueltas, inclinados a cumplir al destino, pero sé que tú, ser, estarás siempre para escuchar mis anhelos, mis más pesados y ligeros pensamientos.

lunes, 3 de julio de 2017

Éramos etéreos.

Me gustaba el efímero instante en que nuestros labios quedaban flotando sobre el aire; impacientes por ser desgastados, tan juntos y tan inocentes, callados y ansiosos por expresar tanto. Solías verme a través de mis intensos ojos justo antes de besarme, me transmitías locura y eso de alguna forma me gustaba; me sentía vulnerable porque nadie más me conoce tan bien como tú, pero me encantaba cariño, el saber que podías verme y sentir mi presencia. En ese momento el ruido callaba alrededor, las estrellas brillaban al compás de nuestros latidos, los sentimientos comenzaban a fluir y sentía que tus manos acariciaban mi alma, todo se volvía inefable; una fugaz noche de noviembre en que el mundo cayó y nosotros nos elevamos haciendo un rebelde acto de amor, un grito a nuestros miedos. Estábamos ahí tu y yo, impregnados de oscuridad y llenos de vida, esperando que la noche nos acogiera, anhelantes por crear recuerdos; y aquí está, un par de líneas con todas sus letras.