lunes, 30 de octubre de 2017

Te espero.

Sigues siendo anónimo, un personaje sin nombre que me hace escapar de mis circunstancias, sigues siendo desconocido pero te extraño, ya quiero tu presencia en mi vida, tu equilibrio y esas caricias que me harán sentirme bien, completa, aceptada. Correspondida...


Estoy segura que tu amor será el que me salve de este vacío, a veces tan oscuro para navegar.


Necesito que llegues rápido, date mucha prisa porque mi magia está por rendirse, he luchado bastante y ninguna batalla he ganado... Quiero tu calor para devolverme a la vida, a las casualidades, a la inocente espontaneidad que todo lo hace brillar, así como las estrellas cariño, las estrellas sobre nosotros, cubriendo dos corazones del hielo, manteniéndolos vivos para cuando su día de encontrarse llegue, y ahí me percataré de que la espera habrá valido más que todo el tiempo que no nos teníamos, más que lo que nos hace llorar el día de hoy...


lunes, 9 de octubre de 2017

Hueco.

El cielo te exige con vida, llora tu ausencia en el universo y es que eras tan etérea y fugaz que todos los cosmos y las nubes no hacen más que lamentar.


El espacio vacío que dejaste, aquella mágica sombra nunca volverá a verse caminar en aquellos caminos de piedra; bajo tanta historia tú eras especial.


El sol dejó de brillar varios días porque tu luz está perdida, tu faro ha desaparecido y junto con él, el sentido de mi alegría.


Tu esencia voló como solo los ángeles suelen hacer, tu alma quedó esparcida por todos aquellos que te construyeron... y duele más que cuchillos, más que fuego quemando la piel...


Hoy me declaro fútil, insubstancial; contigo espero volver, contigo y en tus ojos quiero regresar.

jueves, 5 de octubre de 2017

Vacía pero viva.

Escribo para sentirme, últimamente no sé quien anda creando mi sombra; tan débil como simple humo.
Me pierdo tan fácil y me ensimismo en las nubes.
Absorta en las energías que flotan en el espacio. Ciega ante la condición de la existencia, sorda para lo que entra al corazón. Insensible, me siento.
Órbitas cruzan, auras chocan, universos se desploman y sigo viendo el cielo con quietud.
El tiempo no se ha olvidado de mí, suele detenerse a verme desde lejos.
He decidido soltar mis inquietudes y continuar mi camino sin llevar de la mano al miedo.
Mis colores brillan dentro, todo fluye y se diluye.
Acepto mi forma, mis personas, mi extraño mundo; la soledad abarca todo lo que se me antoja vacío.
He aprendido a volar y hoy lo recuerdo. Sé volar.

Mis alas necesitan resurgir.