jueves, 30 de abril de 2015

¿Por qué?

Estoy callada. Observo cómo mis suspiros se alejan a través del cristal. Atrapada. Un término inconsciente de su soledad. ¿Dónde estoy? No querrás imaginar.
El tiempo pasa y ya me acostumbré a estar encadenada. Sola. El vacío me dice que no me soporta más. ¿Haz sentido cómo todo lo que te hace feliz, se convierte en polvo? De un momento a otro, no somos más que un loco.
Pienso, pienso, pienso. ¿Amaneceré mañana? No creo aguantar; el incesante ruido de sus últimos gritos me llegan hasta tumbarme en el piso. Pesadillas... tus recuerdos que alimentan mi alma. 
¿Dónde estás, a qué hora llegarás? Ven hacia mí, es la hora habitual. 
Y despierto. 
Veo paredes. Ladrillos me rodean. ¿Podré salir? La guerra es tan vacía... 
Jamás pensé que esa era la última vez que escucharía tu voz. Que entraría dentro de tus ojos. ¿Cuándo volveré a sentir tus manos tocando mi piel? ¿Por qué tus labios no están sobre los míos? 
Sigo creyendo que lo mejor es morir. ¿Por qué, por qué la humanidad es así? Somos crueles, nos gusta hacer sufrir. Matar, morir.
Soy parte de esto. Sólo deseo un poco de silencio. 
Ojalá y mañana, por fin pueda verte. Tú, yo. Solos, en un mundo donde nadie recuerde... su pasado. 

sábado, 11 de abril de 2015

Dulces sueños.

Era tarde. El silencio soplaba fuerte, mis lágrimas llovían, y yo no era más que una adicta a tus sonrisas. Necesitaba algo, algo que me hiciera sentir que valía la pena seguir aquí. Era noche y... no podía dormir. Todo el tiempo te había creído perfecto, un caballero, un típico príncipe. Pero en realidad, aprendí que la perfección no es lo mío. Llegué a enamorarme tanto de tus defectos, de tus imperfecciones... 
Y el sueño llegó. Me sumergí en tus labios, probando el sabor de tu amor, tocando el cielo, ¿por qué despertar? Ese es mi lugar favorito; voy ahí cada noche, tratando de encontrarte despierto, aunque me gustas más dormido. Así puedo navegar en tus cabellos y besarte el cuello sin hacerte cosquillas. Intento no hacer ruido, me gustas más calladito. ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? Miré tus ojos y encontré el paraíso...
Pero bueno, es tarde, debo regresar a la realidad, debo encontrarte en otra parte, fuera del horario normal.