Fuiste, eres, y serás mi todo. El tiempo se encargo de darme mis ratos de lágrimas. Supuse que amar era duro, porque eso me hiciste creer. Busqué amor donde no había nada. Protegí tus palabras como si no hubiera un mañana. Intenté gustarte, pero el rechazo me encontró primero. Pasaba a tu lado y no decías lo que esperaba. Estuve a poco de enterrarme, el dolor era incesante. Oía tu voz y mi corazón se alegraba, veía tu cara y mis ojos brillaban. Fue fácil llorar cada noche... con una pizca de recuerdos que me herían por dentro. Intenté alejarme, quise separar mis lágrimas de ti. Pero olvidé algo... olvidé que eras mi todo, y sin ti no tenía nada. Irónico, porque no me dabas nada, incluso mi nombre olvidabas. Y seguía ahí. Cada noche mi rutina: las mismas lágrimas, los escasos recuerdos, las pocas sonrisas, y tus ojos en mi mente, iluminando mi noche. Hablemos de tus ojos, hablemos de tu sonrisa... hablemos de mis vicios. El tiempo pasa, y te acostumbras a que traten como basura. Rompen tus sentimientos, quiebran tu autoestima, y tienes que actuar como si nada pasase. Día con día, el sol te hace sentir mejor... las heridas cicatrizan, los recuerdos se olvidan... Pero de un modo que no logro comprender, sigues dentro de mí. Te llevo dentro, ocupas mi aire, respiras lento, pero sigues siendo todo. Aveces quiero olvidarte, pero recuerdo que formas parte de mi, y me es imposible sacarte.
Y ahora... no es tan diferente. Saliste de mí para estar conmigo, me diste lo que esperaba, la vida me dio un regalo, no era amor, pero me hacía feliz. Todo a tu lado era mágico. ¿Recuerdas esos besos, amor? Si hubiera sabido cuál sería el último, pararía el momento y lo repetiría mil veces. Pero te faltó algo, cariño mío... ¿acaso me besaste con amor? Eso debió saber diferente. Te faltó una pizca de magia, esa que creía que tenías... Pero no, no sabías a lo que esperaba. Te faltó decirme que me querías... o un poco de risas, tal vez. Dime algo al oído, agrégale amor a tus palabras, a tus miradas...
Quiero decirle al tiempo que ya no quiero escribir más historias. Decidí amarte, decidí herirme, y quise quedarme.